Por: Jonathan J. Ortiz T. – Geólogo.
“UNA CLASE MAGISTRAL EN DESCONOCIMIENTO”
El departamento del Tolima, uno de los departamentos con mayores emergencias por deslizamientos del país, considerado como uno de los ocho (8) departamentos con mas probabilidades de lluvia (El olfato); reclama a través de su gobernador apoyo del gobierno por falta de maquinaria amarilla para atender emergencias viales (RCN radio). El saldo es el siguiente: la secretaria de ambiente y gestión del riesgo reporta: “más de 900 deslizamientos, 200 inundaciones, poco más de 400 vías afectadas y 12 personas han perdido la vida”. Lo anterior en el marco de la ola invernal que ha sacudido a la región, y que según los datos del IDEAM se pronostica que las nuevas olas invernales serán aun mas fuertes.
Es inconcebible pensar que con mas maquinaria amarilla se podrá mitigar este riesgo, que a sus pretensiones lo único que generaría es mover los derrumbes e intervenir irracionalmente las laderas, desestabilizando aun mas las montañas.
En el departamento del Tolima y en la ciudad de Ibagué por décadas las administraciones y las dependencias que confieren a estos sucesos han centrado sus acciones en los desastres, poco o nada en la prevención del riesgo.
La secretaria de ambiente y gestión del riesgo adelanta un mapa de gestión del riesgo en cooperación con las juntas de acción comunal, desconociendo totalmente que existe una profesión encargada de ello, que en estos párrafos se deja una vez mas en claro las peticiones que se han elevado a las secretarias de ambiente municipal de la ciudad de Ibagué y departamental para que busquen la inclusión de un geólogo, haciendo total caso omiso.
Es necesario entender que los problemas ambientales en torno a los deslizamientos no se previenen ni resuelven con maquinaria amarilla; esa propuesta revela que dichas iniciativas se manejan por personas sin ninguna orientación técnica ni científica. Existen mecanismos que permiten predecir, prevenir y controlar estos problemas de manera definitiva, ya que se actúa sobre los agentes casuales y no sobre los efectos; no subestimen la ciencia. La sociedad civil, quienes han perdido sus viviendas, familiares, pertenencias merecen soluciones diferentes a mercados, estas propuestas que realizan nos dan hoy una clase magistral de desconocimiento.