En 2020, las medidas de cuarentena provocaron una disminución transitoria y sostenida en el uso de los combustibles, esto provocó un descenso sin precedentes del 5,4% en las emisiones mundiales de dióxido de carbono (CO2) fósil y las concentraciones de emisiones de Gas de Efecto Invernadero (GEI); en la atmósfera siguen aumentando según la decimosegunda edición del Informe sobre la Brecha de Emisiones del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
El informe evidencia que aún no se dispone de datos sobre todas los GEI en 2020, pero se prevé que la reducción de las emisiones mundiales totales de GEI fue menor que el descenso de las emisiones de CO2 fósil, esto se da debido a la acción antrópica de los humanos y a sus sistemas de producción y de consumo de energía a partir del uso desaforado de combustibles fósiles, donde la concentración de esos gases en la atmósfera está creciendo de forma constante. Y, a más concentración de CO2, más calor se queda atrapado dentro de la atmósfera terrestre.
A pesar de la gran disminución de las emisiones de CO2 registrada en 2020, la concentración de CO2 en la atmósfera aumentó alrededor de 2,3 partes por millón, en línea con las tendencias recientes. Es poco probable que la reducción de las emisiones registrada en 2020 sea detectable en la tasa de crecimiento atmosférico, ya que la variabilidad natural de alrededor de una parte por millón es mucho mayor.
Fuente:
Informe sobre la Brecha de Emisiones 2021 programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente
https://wedocs.unep.org/bitstream/handle/20.500.11822/36991/EGR21_ESSP.pdf