El “Opita” Jaime Torres Holguín en el año de 1962 llegó a Neiva, capital del departamento del Huila, haciéndose pasar por diplomático y miembro de la realeza de la India. Cuando llegó, todos lo atendieron a manos llenas, llenándolo de suntuosos regalos y atenciones. La sorpresa sería mayor, cuando descubrieron que el supuesto embajador, no era más que un coterráneo que los timó durante un buen tiempo. En su puesta en escena, cayeron personalidades locales, políticos y la población en general que se regocijó con su presencia. Un engaño que hoy, de una forma distinta pero también particularmente pintoresca, se repite en Ibagué con el anunciado festival Jamming.
Con un imponente despliegue mediático se anunciaba que el evento musical Jamming 2022 se realizaría en Ibagué. Con una cartelera nutrida de artistas nacionales e internacionales, se abría paso a lo que se consideraba uno de los eventos de mayor relevancia de los últimos años en el país y de mayor impacto para una ciudad como Ibagué.
Rápidamente se comenzaron a adquirir entradas, espacios para comercializar productos, venta de transportes, hospedaje, alimentación y todo lo conexo a este evento que esperaba llegar a las 120.000 personas. Toda una apuesta que, sin lugar a dudas, permitiría unos ingresos necesarios en una ciudad con serios problemas de desempleo y desigualdad como Ibagué Tolima.
Pese a esto y casi, como si se tratara de una novela, resultó que al final se empezaron a cancelar las presentaciones y a diluirse la posibilidad de tener un evento de esta envergadura en la ciudad. Todo resultó en un espejismo donde hubo más concierto en los sueños de los participantes que en la realidad. Al final, se termina cancelando un evento y surgen muchas inquietudes frente a ello que vale la pena no perder de vista.
Responsabilidades diversas
El empresario que ha tenido a cargo el evento, le faltó desde un principio dar claridades frente a los acontecimientos que rodeaban el espacio. Desde hace días se anunciaba el retiro de muchos de sus artistas principales, sin embargo, nunca hubo explicaciones certeras frente a esto. Para nadie es un secreto, que un evento de tal magnitud, requiere no solo de una inversión millonaria sino de un despliegue logístico. Para que venga un cantante o una agrupación musical del orden internacional, no solo se deben atender requerimientos que exige cada artista, sino se debe tener contemplado los transportes aéreos, hospedaje y demás aspectos del itinerario. Por tanto, resulta poco fiable y convincente la información de que a ultima hora, faltando pocas horas, cancelen o aplacen un evento como estos.
Se ha dicho que se vendieron cerca de 140.000 boletas de entrada, que si se considera una cifra de $170.000 por boleta, la cifra asciende a $23.800.000.000 solo en recaudo de entradas, sin contar otros ingresos de patrocinio o la venta de espacios para comercializar productos, en las que el valor estuvo cercano a los $15.000.000 según denunciaban afectados el día de ayer.
Sin lugar a dudas, este exitoso recaudo, lleva consigo una enorme inversión en infraestructura, publicidad y pago de artistas para el evento. Pero, considerando la experiencia de los organizadores y los muchos anuncios que se han tenido, no se explica como no existió un plan de contingencia y una debida comunicación de la situación que estaba atravesando el Jamming. Sin lugar a dudas, deja serias dudas y cuestionamientos el manejo irresponsable de la empresa a cargo del Jamming, que hoy no solo lleva a un desprestigio ciudadano sino a tener que enfrentar inevitablemente los tribunales de este país.
La alcaldía y la institucionalidad pública de nuevo brillan por su incompetencia. Mientras en otras ciudades del mundo e incluso de Colombia, este tipo de eventos llaman a un acompañamiento permanente y un seguimiento de su desarrollo, la Alcaldía se dedicó a vanagloriarse por medios de comunicación de este evento, sin tener la delicadeza de conocer los detalles del desarrollo del espacio.
Para tomarse fotografías, salir a los medios de comunicación y anunciar los conciertos, estuvieron prestos, pero para hacer seguimiento y veeduría hay una incapacidad absoluta. Si bien este es un evento privado, por la magnitud del mismo se requería de mayor capacidad institucional que lo acompañara. De nuevo la alcaldía es cómplice de estas actuaciones irresponsables, mediocres y como están las cosas hoy, criminales por las perdidas económicas que a esta hora se ven.
Los afectados y afectadas
Además de quienes deseaban participar del espacio y gozar con la feria musical; aquellas familias, empresas medianas y pequeñas que invirtieron recursos y creyeron en el espacio, se ven seriamente afectadas por el descalabro económico del evento. Por un lado, los incumplimientos que hasta ahora se perciben con los proveedores y por otra parte, el desfalco que sufren cientos de emprendedores que ven con angustia la imposibilidad de recuperar el dinero invertido.
Aquí hay muchas cosas por resolver y seguramente la justicia actuará frente a estos lamentables hechos y en los próximos días se avanzará en el desarrollo de esta noticia. Lo cierto es que muchas personas vinieron desde otras ciudades y países para el evento, pagando transporte, hospedaje por adelantado y demás y no se ve la posibilidad de corresponder a esta crisis.
La ciudad como tal pierde, cuando esto anunció, se convirtió en una posibilidad de activar el comercio, el sector del transporte, la hotelería y la vida nocturna de la ciudad. Una perdida colectiva en una ciudad con muchos problemas económicos, donde esto se convierte en una carga adicional.
Las propuestas y lo bueno en medio de la tragedia
La gente de Ibagué ha mostrado su solidaridad y cariño. Por redes se extienden mensajes de apoyo a los emprendedores para que se adquieran sus productos. Se ha extendido toda una red para recibir visitantes y buscar que con agrado se enamoren de las múltiples ventajas que tiene por ofrecer la ciudad.
Desde la redacción de este medio, consideramos que es necesario, se impulse un festival independiente, en otra fecha y programado por la ciudadanía y artistas solidarios, donde se permita a aquellas personas que resulten afectadas por esta situación tener la oportunidad de comercializar sus productos y aliviar la difícil situación, mientras los entes de control y la justicia actúan.
Lo cierto, es que estamos ante una vergüenza mundial, donde hay una responsabilidad compartida de muchos actores que hoy nos hacen ver que el Jamming es nuestro embajador de la india.