Después de la decisión de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA), donde ordena el archivo del trámite administrativo de evaluación de licencia ambiental para el proyecto minero de cobre Quebradona, desarrollado por la multinacional AngloGold Ashanti, ubicado en Jericó, departamento de Antioquia. Ojo Público contactó a Fernando Jaramillo, coordinador de la Mesa Técnica del Suroeste Antioqueño, quienes celebraron la decisión tomada:
O.P: Se conoció que la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales archivó la solicitud de la licencia ambiental para el proyecto de Quebradona, ¿están ustedes de acuerdo con esa decisión? y ¿cuál es la base de la ANLA para archivar y no negar?
F.J: La ANLA hizo una evaluación de la solicitud de licencia ambiental presentada por AngloGold Ashanti -AGA- en la que encontró graves deficiencias que deberían haber originado la negación de la solicitud; sin embargo, la ANLA hace parte de la política extractivista del gobierno, así que optó por una salida «decorosa», no negar ni aprobar, que es lo señalado expresamente por el Código de Minas, sino usar la figura de dudosa constitucionalidad «el archivo de la solicitud», con lo cual da a la multinacional la posibilidad de presentar otra solicitud. Aún siendo una decisión de esas características, para el movimiento social representa un triunfo parcial pues la empresa había pregonado con estruendo que obtendría la licencia para su negocio y pues no fue así y tendrán que seguir esperando.
O.P: Ustedes habían realizado ciertas críticas al Estudio de Impacto Ambiental (EIA) de Quebradona, ¿cuáles son?
F.J: Son muchas las falencias del EIA del proyecto Quebradona: como señala la ANLA en la decisión de archivo, el EIA negó que el proyecto minero causara afectaciones por fuera de Jericó, lo que es evidentemente falso, otros 4 municipios serían impactados: Támesis, en sus fuentes hídricas y vida social por la cercanía del corregimiento Palermo a los campamentos que tendría la empresa para sus 3.500 hombres en los cuatro años de construcción de la infraestructura; Fredonia, al quedar expuesto su corregimiento Puente Iglesias al riesgo de deslizamiento de la montaña de relaves; La Pintada, también cercano a los campamentos y con el acueducto municipal dependiente de las aguas de la montaña que sería explotada; Valparaíso, también por afectación hídrica. En los aspectos técnicos, el estudio geológico, hidrogeológico, geotécnico, así como el biológico, presentó numerosas deficiencias acusadas por la ANLA y experimentadas por nuestro equipo asesor, la Corporación Geoambiental Terrae.
O.P: ¿Qué mensaje les envían a todas las personas que rechazan este proyecto? y ¿cuál debería ser la acción a seguir?
F.J: Nuestro mensaje para la población del Suroeste, que en reiteradas movilizaciones sociales y en la aprobación de 13 Acuerdos Municipales aprobados en el año 2017 y 2018, han demostrado su convicción de reconocer y defender el valor cultural, agrario, indígena, campesino y pueblerino de nuestros territorios, es que vivamos la alegría de haberle propinado una derrota a la multinacional minera en este espacio con la ANLA y que continuemos atentos y atentas a las nuevas estratagemas de la empresa para salirle al paso y avanzar unidos, firmes y organizados hacia la liberación de la amenaza extractivista.