David contra Goliat

Por: Norman Correa Betancur / Defensor del Territorio y Miembro de la Mesa Técnica y la Alianza Suroeste

Como en la escena bíblica del Antiguo Testamento del enfrentamiento de David contra el filisteo Goliat, así de asimétrica es la lucha de los Defensores del Territorio en el Suroeste de Antioquia contra la gigante Multinacional Anglogold Ashanti frente a su proyecto de megaminería de metales denominado Quebradona, en el municipio de Jericó; no obstante la reciente noticia de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales ANLA respecto al archivo de la solicitud de trámite de licencia ambiental de dicho proyecto por no contar el Estudio de Impacto Ambiental EIA presentado por la Multinacional Minera con la suficiente información para que la Autoridad tomara una decisión de fondo, resulta en un aliciente para la Defensa y en un bálsamo momentáneo para el Suroeste.

Es llamativo que Anglogold después de 14 años de estudios sobre el territorio, de contar con 27 empresas consultoras y 1.500 expertos contratados en el levantamiento de información y la construcción de su EIA, no haya presentado un estudio técnico, riguroso y contundente que sirviera para que la ANLA se pronunciara de fondo. Y es que queda la sensación que la Autoridad fue benevolente con la minera, porque la justificación de la ANLA en su comunicado de prensa indicando que las consideraciones técnicas que llevaron a ordenar el archivo se relacionan con la definición del área de influencia, la caracterización de los componentes hidrogeológico, hidrológico, de geotecnia y biótico, consideraciones frente al depósito de relaves (residuos de la actividad minera) y a la subsidencia, entre otros, nos llevan a pensar que la decisión correcta debió ser la negación de la licencia y no su archivo. Trasluce el comunicado de la Entidad Oficial, que había sustancia con qué negar. Revisemos algunos:

Definición del área de influencia: para los Defensores es claro que determinar un área de influencia aduciendo que el límite político administrativo entre Jericó y Támesis se constituye en el límite técnico de los impactos del proyecto, es una posición de conveniencia, amañada y nada técnica, mucho más cuando el casco urbano más cercano al proyecto es el Corregimiento Palermo de Támesis y no la cabecera de Jericó, así como la evidencia en la información de la Secretaría de Minas de la Gobernación de Antioquia de que los trabajos subterráneos implican el subsuelo de la Vereda La Juventud de Támesis. La Multinacional se negó de manera sistemática a reconocer los impactos del proyecto en Támesis, y lo entiendo, en Támesis está el museo a cielo abierto más importante de Colombia con su espectacular colección de petroglifos, así mismo tenemos Áreas Importantes para la Conservación de las Aves AICA y Reservas Naturales de la Sociedad Civil RNSC, asuntos que la minera nunca estuvo dispuesta a considerar e incluir en su EIA, seguramente por los costos que le implicaría mitigar o compensar a un territorio y una población con alto arraigo en su patrimonio cultural y en sus bienes y servicios ambientales.

El Modelo Hidrogeológico e Hidrológico: en el EIA se presentan dos modelos, el de las aguas de la zona alta y el de las aguas de la zona baja, insistiendo en que las aguas de arriba no llegarán al Río Cauca y que las aguas superficiales que se “entierran” o profundizan no conducirán los sulfatos (agua envenenada) hasta los afluentes de donde los acueductos toman su agua para beber, así como acabar en prácticamente un 100% con la Quebrada Quebradona (incluyendo sus hermosos chorros, que es una cascada con un singular interés paisajístico) y en un 88% con la Quebrada La Fea que es el afluente de varios acueductos veredales que sirven la región, estas pérdidas en el agua, no solo de estos afluentes, sino de otros más, debería constituir un elemento de fondo para negar la licencia.

El depósito de relaves: construir una montaña artificial con los desechos mineros (tóxicos por demás), del tamaño de Cerro Nutibara, en un valle abierto, a 2 kilómetros de distancia del Río Cauca (sujeto de derechos) indicando que sus relaves son secos, cuando en realidad son filtrados, con una expectativa de lluvia de 50 mililitros al mes, cuando tenemos en la zona meses con lluvias de 300 mililitros al mes, es un riesgo inaceptable para la zona del Cauca Medio y en general para todos los usuarios y habitantes de las riberas del Río Cauca aguas abajo, incluyendo al Proyecto Hidroeléctrico Hidroituango. Ya hemos visto desastres de proporciones dantescas en nuestro país vecino Brasil, ¿para qué arriesgarnos a poner en vilo a la región y al país con semejante montaña artificial de tóxicos? Principio de Precaución lo llaman los jueces.

El componente Biótico: el proyecto minero se enmarca en medio de dos zonas de protección como lo son la Cuhilla Támesis – Jericó – Jardín y la zona ribereña del Río Cauca en la que la Multinacional solicitó franjas de sustracción que incomprensiblemente le fueron otorgadas por CORANTIOQUIA, aun sin contar con la licencia ambiental de la ANLA. En la zona de la alta montaña habita el Oso de Anteojos que nunca vieron o no quisieron ver los expertos de la minera, somos parte de los “Hotspot” de biodiversidad Andes Tropicales y Chocó Biogeográfico, dentro de los 36 Hotspot que existen en el planeta, considerados como soporte para la adaptación y lucha contra el cambio climático, asunto que tampoco tuvieron en cuenta los expertos de la minera.

La ANLA fue benevolente con la minera y les archivó, nos espera una lucha en la Defensa del Territorio de largo aliento y con elementos nuevos el próximo año 2022 cuando tendremos nuevo Congreso y Presidente de la República, instancias institucionales del más alto nivel, de las que esperamos la ratificación del Acuerdo de Escazú y el trámite de la Ley de Democracia Ambiental, haber si David no cuenta solo con una honda o cauchera para derrotar a Goliat.

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