La Universidad tomada. ¿Vamos a retroceder o hacer frente?

Julio Cortázar escribe un magnífico cuento denominado “la casa tomada” que da cuenta de como dos hermanos aprecian y conviven en una casa la cual es su bien más preciado. Esta casa comienzan a perderla por cuenta de unos extraños ruidos que la azotan y que, ante la incapacidad de estos hermanos por enfrentar esos ruidos, terminan perdiendo su casa. El miedo y la apatía se convierten entonces en decisiones que les hacen perder ese bien preciado como lo es su casa.

En esta analogía y considerando el último comunicado de profesores de la Asociación sindical de profesores Universitarios (ASPU), se hace más que un resumen, un llamado para que todos los sectores Universitarios y la ciudadanía en general hagamos un frente común para no terminar de perder nuestra casa común, la Universidad del Tolima.

La UT, de acuerdo a lo expresado por ASPU, transita por un oscuro momento en su mal llamada nueva historia. Más que una frase o una sentencia panfletaria, el comunicado de los profesores resume el retroceso que ha tenido la institución frente a reivindicaciones que la comunidad universitaria han logrado en el tiempo. Resaltan que la última elección de decanos da cuenta de esto, pues no se logra que la proyección académica de las facultades esté orientada por visiones más allá del interés político del rector (y ente caso del barretismo). Un proceso electoral que hizo retroceder reivindicaciones gestadas por profesores y estudiantes que años atrás demandaron mejores condiciones democráticas en el Alma Mater. Hoy esas reivindicaciones justas, valerosas y construidas en escenarios de movilización, fueron burladas por la actual administración, que tan solo persigue su afán de sostener un poder dependiente, aparente y con poca legitimidad a través del tiempo.

Bajo esta perspectiva, se ha visto un retroceso en temas estructurales dentro de la función misional de la Universidad como es la proyección social. Hoy, las facultades se encuentran ensimismadas, dependientes del gobierno departamental y a espalda de las necesidades de las comunidades, ecosistemas y sectores urbanos y rurales que demandan pronunciamientos, investigaciones y sobre todo argumentos emergidos desde el seno de la UT. ¿Qué dice la actual Universidad frente al avance de la amenaza mineroenergética?, ¿Qué plantea frente al avance de los procesos de desertificación y desertización en el bosque seco del Tolima?, ¿Qué plantea frente a los indicadores de hambre y desigualdad en municipios como Coyaima?, ¿Qué plantea la Universidad frente al manejo político y administrativo de temas como la pandemia?, ¿Qué plantea frente a la calidad académica? Lamentablemente muy poco. La actual administración vive ensimismada, sumergida en un afán malsano por conservar su débil poder y agradar a la actual Gobernación y a Oscar Barreto, que parece es quién orienta los designios académicos del Alma Mater de nuestro departamento.

Resulta indignante como el aumento en la planta administrativa ha sido el sostén para el sostenimiento del poder en la UT. El aumento en la burocracia ha sido la estrategia para sostener un grupo de defensores de la administración de Omar Mejía, quien brilla por su incapacidad para llevar a buen puerto la Universidad y su débil independencia frente al Gobierno departamental. Los argumentos financieros han sido debilitados por los hechos frente al aumento de esta planta. No hay una preocupación real por las condiciones de los estudiantes que hoy transitan su vida universitaria. De hecho, no hay que perder de vista, que la gratuidad en los semestres que van luego de la pandemia, se logró por la fuerza de la comunidad universitaria quien en cabeza de los estudiantes logró esta importante reivindicación. El cinismo es tal, que los barretistas salieron a celebrar y adjudicarse un logro que es estrictamente de un estudiantado que exigió una demanda histórica. Estudiantado que no traga entero y que no desea que esta administración se siga anclando en el poder con estrategias pedantes, poco académicas y politiqueras.

No hay que perder de vista, que desde la comunidad se observa un retroceso en la Universidad en el sentido de todos sus ejes misionales (docencia, investigación y proyección social) y se vende humo a través de discursos que no dan cuenta del oscurantismo en el que se encuentra el único claustro de educación del departamento.

Es momento de actuar, de frenar la cooptación que desde el partido conservador y el Barretismo han hecho de la UT. Es necesario tomar medidas y que el despertar del movimiento estudiantil sea para recuperar y sacar las practicas antidemocráticas, privatizadoras y pusilánimes que se han tomado la Universidad del Tolima. Es momento de actuar y defender nuestra casa común, nuestra amada UT.

COMUNICADO A LA OPINIÓN PÚBLICA Y AFILIADOS DE ASPU 

Comunicado lista Aspu

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