¿Nuevas formas de lucha o libertad de prensa?

Editoriales Opinión

Ya son dos las columnas de opinión que ha publicado el exgobernador Oscar Barreto donde cuestiona las denominadas Fake news, algo en lo cual estamos de acuerdo. Sin embargo, es necesario hacer algunas aclaraciones.

No se puede meter en la misma maleta las actuaciones de los ciudadanos en las redes sociales y las de periodistas independientes que denuncian las irregularidades de algunos funcionarios públicos con las acciones inescrupulosas que a través de anónimos atentan contra la honra de la ciudadanía.

Aunque somos partidarios de la idea de asumir de manera abierta las denuncias y puntos de vista, no se puede descalificar por completo las acciones anónimas dado que, igual que como sucede con algunos entes de control, son la única garantía para el ejercicio de la libertad de expresión y la denuncia. El revanchismo político y la persecución de la diferencia no solamente conllevan la perdida de la estabilidad laboral de las personas que la realizan, en muchas ocasiones sus críticas les cuesta la vida.

Las columnas del exgobernador, abordan un tema que impacta el devenir político del país y el planeta: El papel de los medios de comunicación y las redes sociales en las sociedades democráticas y sus escenarios políticos.

Bajo ese sentido, conviene analizar que el ejercicio de la política se inscribe en una dialéctica permanente entre quienes ejercen el derecho a la denuncia, el reclamo y el llamado de atención a los Gobernantes y de estos últimos, quienes están obligados a responder estos reparos, si es que de verdad vivimos en una democracia. Esperamos que el llamado de Oscar Barreto a los medios de comunicación no sea con la pretensión de generar limitaciones al ejercicio de libertad de prensa.

Las fake news no son algo nuevo, no son una forma de lucha de opositores, son más bien una estrategia comunicativa que pretende generar imaginarios de manipulación y control social. No podemos olvidar los miles de mensajes falsos que promovieron los detractores del acuerdo de paz para lograr que muchos sectores de la ciudadanía votaran por el NO en el plebiscito por la paz.

Para nadie es secreto que algunos medios de comunicación se encuentran cooptados por los intereses de los políticos hegemónicos de turno y ciertos empresarios. Hasta hace muy poco, algunos periodistas y empresarios de la comunicación estaban al servicio incondicional de la multinacional minera AngloGold Ashanti para promover notas de prensa que cambiaban la información por propaganda. Estos medios actuaban como fábricas legales y oficiales de fake news donde la información se orientaba en función de hacer realidad el proyecto minero La Colosa. En ese entonces, la independencia y ética del periodismo sucumbió al poder de la chequera, los contratos o la pauta publicitaria.

Para muchos políticos tradicionales las redes sociales se han vuelto un dolor de cabeza, saben que estos espacios han democratizado el derecho a la libertad de expresión y permiten potenciar las críticas y denuncias de la población. Hoy día hay miles de ciudadanos con pensamiento crítico, que investigan, denuncian e invitan a la reflexión colectiva. Ese es seguramente el desespero de quienes hoy detentan el poder, su temor es no poder controlar la opinión pública.

Dice Oscar Barreto: “Urge legislar sobre la utilización de las redes sociales, para defender la verdad y la integridad de las personas, para no seguir teniendo homicidas de la moral, la legalidad y la verdad”.  Sobre esto, es necesario resaltar que muchos de los casos de corrupción que han llegado a la justicia devienen de denuncias públicas que en muchos momentos fueron catalogadas como afrentas a la honra y la verdad de quienes ostentaban el poder.

La propuesta no es limitar el derecho a la libertad de expresión, es legislar para que los gobernantes de turno dejen de malgastar el erario público en campañas de imagen, y cuando sea obligatorio los contratos se hagan de manera equitativa.

Invitamos a la ciudadanía crítica y libre a respaldar los ejercicios de comunicación alternativa que surgen en del departamento del Tolima. Rechazamos los ataques sistemáticos que algunos empresarios de la comunicación promueven contra algunos medios de comunicación alternativos por el sólo hecho de evidenciar los millonarios contratos que estos han suscrito con la alcaldía de Ibagué. Fortalecer los medios alternativos de comunicación, participar de su construcción, es defender sin lugar a dudas la posibilidad de tener un país informado, justo y en paz.

¿Será que todas las denuncias y alertas ciudadanas que advierten casos de corrupción, clientelismo y despilfarro de recursos públicos en la Gobernación del Tolima, la Alcaldía de Ibagué y Cortolima, son ataques a la honra, la moral y ataques mentirosos?

Será qué, ¿Los sobrecostos a los mercados, las denuncias de clientelismo en la entrega de las ayudas alimentarias, la irregular adjudicación de contratos con proponentes únicos, la continuidad en el irregular contrato del Coliseo Mayor que tuvo que ser intervenido por el Ministerio de Deportes, entre otras, son denuncias reales o son Fake news de una “nueva forma de lucha ligada a las FARC” como tendenciosamente lo sugiere el exgobernador Barreto? Saquen sus conclusiones.

5 comentarios en «¿Nuevas formas de lucha o libertad de prensa?»

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