Por el alto gasto fiscal y un incremento en el nivel de endeudamiento, el saliente presidente Iván Duque deja las finanzas del país en una situación crítica. Así lo señalo el ex codirector del Banco Central Salomón Kalmanovitz en su columna “El Corrupto Legado de Duque” publicado por El Espectador el pasado 03 de julio.
El economista señaló que las maniobras del Gobierno Duque vana producir consecuencias notables para la economía nacional. Por ejemplo, el hecho del que país cuente con un menor cupo en la deuda extranjera es un problema con el que tendrá que lidiar el presidente electo Gustavo Petro.
Según Kalmanovitz “Duque deja unas finanzas con un déficit fiscal de $83 billones, lo cual equivale a 6,8% del Producto Interno Bruto (PIB) del país, uno de los más altos en la historia económica de Colombia.”
Actualmente, la deuda pública en Colombia pasó de representar 36% a 57% del PIB entre enero de 2019 y el mismo mes de 2022. Para el Kalmanovitz, esto obligará al nuevo Gobierno de Gustavo Petro a pagar mayores intereses y a reducir el gasto en sus programas prioritarios.
Por todo esto, el economista señala en su columna que, Gustavo Petro, se verá obligado a paliar los huecos fiscales recurriendo a la tributación de las personas naturales más ricas del país, propuesta que se venía acuñando desde la campaña a la presidencia, puesto que las empresas están sometidas a tributar en mayor proporción, mientras las personas naturales solo aportan 1,2% del PIB en impuestos.
Tal parece lo anterior va en línea con el recaudo fiscal que pretender realizar el nuevo ministro de Hacienda José Antonio Ocampo. El presidente electo Gustavo Petro en su propuesta de reforma tributaria, busca recaudar aproximadamente el 4 o 5% del PIB adicionales, el más alto en la historia país, poco más o menos la cifra de $75 billones.
Según Ocampo, la principal estrategia para combatir los problemas macroeconómicos del país (Bajo cupo de deuda externa, economía gastada y bajo recaudo) radica en la posibilidad de poner a tributar más a las personas naturales para, así mismo, bajar los impuestos a las empresas, condición que debe estar ligada a quitar las exenciones fiscales que tienen las compañías actualmente.
“Al gobierno entrante y a su ministro de hacienda, José Antonio Ocampo, les corresponderá encarar una compleja situación de penuria. La Ocde prevé que este año la economía crecerá alrededor del 6%, pero en 2023 el crecimiento apenas llegará al 2 %. Les corresponderá el año entrante hacer una reducción del gasto y al mismo tiempo un fuerte aumento del recaudo tributario con efectos contractivos, cuando lo que se requiere es lo contrario: una política expansiva de gasto público y bajas tasas de interés”, señala el filósofo y economista Kalmanovitz.