Por: Yaneth Vargas, psicóloga-especialista en pedagogía
El 10 de septiembre día internacional de la prevención del Suicidio, quiero hablar de este tema con total respeto, por mi profesión, por la sensibilidad y fibras que puede tocar y porque sigue siendo una problemática latente en este bello municipio del Tolima: Ibagué. Solo con buscar el Google la palabra suicidio seguida de Ibagué, basta para conocer el grave problema en el que se ha convertido, son muchas las preguntas que se hacen, los comentarios que se pueden leer y medios que siguen el suceso minuto a minuto de estos momentos tan críticos por los que alguien puede pasar cuando siente que su vida no tiene más caminos y opciones para tomar. Este tema es muy amplio, por lo que brevemente pasaremos a tener una mirada global.
El suicidio, es el acto de terminar de manera voluntaria con la vida y tiene múltiples causas, este es antecedido por lo que se denomina ideación suicida y en algunos casos intentos suicidas. La ideación suicida son todos los pensamientos repetitivos, fugaces y constantes que se tienen con respecto a terminar con la vida, pensamientos como querer acabar con todo, ya no seguir más con ese dolor o sufrimiento, pensar que no hay más camino. Los intentos suicidas, son las conductas o comportamientos que no llegan a terminar con la vida pero si dejan secuelas físicas y/o psicológicas, pueden ser tomados en algunos casos como formas de “manipular”, pero más que manipular están diciendo que el estado psicoemocional de esta persona no está bien, por lo que tiene el derecho a recibir atención oportuna y especializada, ya que el suicidio es un problema de salud mental y esta última siendo un derecho fundamental, se plantea como prioridad en la agenda de políticas públicas desarrolladas por las secretarias de salud municipal y departamental para garantizar una atención integral.
Factores protectores como tener trabajo, una vivienda digna, educación, espacios de recreación, cultura, deporte, permiten el desarrollo integral de la ciudadanía y que los proyectos de vida puedan retribuir al mismo tiempo a la sociedad. La justicia social con igualdad en oportunidades y derechos humanos permite un escenario protector para disminuir esta problemática y otras más, en este punto la voluntad política genera un espacio de protección y la veeduría de la ciudadanía también es clave. Otro factor protector es el contar con relaciones sanas y satisfactorias de pareja, amistad, laborales, familia, entre otros, ya que permiten sentir que se cuenta con alguien para hablar y pedir ayuda en un espacio seguro. Por último, la espiritualidad entendida como la forma en que cada persona se plantea su relación con los y las demás, con el ambiente, los animales, etc. permite ser un factor protector, porque genera un sentido más amplio de la vida, estoy para garantizar una vida digna pero no solo para mí y los míos, sino para poder con mis capacidades, cualidades y fortalezas servir y garantizar la dignidad a los demás.
Muchas personas en muchos lugares están haciendo, trabajando y planteando procesos de salud mental para la sociedad enfocados es la problemática del suicidio, pero al momento de conocer estas apuestas, no es fácil o están dispersas. Una propuesta, puede ser la de generar una plataforma fácil y sencilla con diversos canales de comunicación y divulgación, donde cualquier persona pueda encontrar información que sea de ayuda, esta red que sea alimentada, actualizada y socializada desde el sector público y privado con articulación comunitaria.
Todos los días y cada momento de la vida es una oportunidad y un aprendizaje, algunos días o momentos no van a ser tan divertidos, tranquilos o felices, PERO ES UN MOMENTO NO ES TODA TU VIDA. Entender que, si sentimos que ese momento está siendo imposible de ser llevado por nuestras propias fuerzas o recursos e invade todos mis escenarios, debo buscar ayuda. Empezar a hablar de salud mental en la cotidianidad: en la sala de la casa, en la cocina, en los medios de comunicación, en todo lado. Esto con el fin de que poco a poco sea normalizado y valido el reconocer que podemos estar en estas situaciones que son más común de lo que pensamos. Buscar profesionales en salud mental que pueda brindarme un acompañamiento o proceso terapéutico es un reflejo de amor propio que pide a gritos el querer vivir bien. La salud mental no es un tema de «locos» ni menos importante como algunos lo plantean y generan estigma, es entender que, así como nuestro cuerpo físico enferma en algunos momentos: duele los huesos, las piernas, los músculos, entre otros, también nuestra mente se enferma y requiere de intervención y cuidados para que vuelva a funcionar de manera que sea una aliada en nuestro paso por la vida y no se convierta en nuestra propia cárcel, tormento o mala consejera.