Por: Alejandro Duarte
Alrededor del mundo, ciudades como Estocolmo, Sídney, Ciudad de México, entre otras, han optado por dar un paso adelante por combatir el cambio climático, especialmente en el área de transporte urbano, donde se mueve la mayor parte de sus habitantes. La necesidad del cuidado del medio ambiente va ligada al tema de movilidad, por obvias razones.
En el contexto colombiano, ciudades como Bogotá y Medellín, lideran esta iniciativa, con el fin de mejorar la calidad del aire, debido a que estas dos poblaciones, tienen los índices más altos de contaminación por material particulado; buscando una transición de vehículos de motor diésel, como los que se encuentran habitualmente, a vehículos híbridos y eléctricos.
Empresas de autobuses eléctricos como la BYD, de origen chino, y Volvo, han impulsado estos vehículos como una alternativa a los de combustión interna de diésel; así como los impulsados a gas natural vehicular como Scania.
Sin embargo, Ibagué no ha mostrado interés en replantear la idea de unirse a esta lucha colectiva contra la contaminación del aire, y aún se ven busetas que llevan en circulación desde hace más de 15 años, incluso 20 años o más, las cuales emiten humo negro, producto de los gases de escape de los motores diésel, por lo que contienen óxido nitroso (No2), ozono (O3), Monóxido de carbono (CO), y material particulado (PM por sus siglas en inglés, de medidas de 2.5 y 10 micras de diámetro), los cuales afectan el ambiente de la ciudad.
Los niveles de emisiones contaminantes, con respecto a las grandes urbes del país, son mucho más bajos, de acuerdo a la escala de calidad del aire, que se muestra de la siguiente manera, tomada el 10 de marzo de 2022 a las 4:00 pm:
- O3 = 44 µg/m3 ; 18 (Excelente)
- PM5 = 8 µg/m3 ; 15 (Excelente)
- PM10 = 13 µg/m3 ; 13 (Excelente)
- NO2 = 3 µg/m3 ; 2 (Excelente)
- CO = 129 µg/m3 ; 1 (Excelente)
- SO2 = 1 µg/m3 ; 1 (Excelente)
Aunque la escala muestra un resultado favorable, como ciudadanía debemos ser conscientes de que este problema nos afecta por igual a todos, y la ciudad debe replantearse la idea de unirse a esta lucha colectiva.