Por: Grupo Semillas
La dependencia es usada por los políticos, por los vendedores de droga, por los violentos y manipuladores porque es la mejor manera de controlar las voluntades o de imponer los negocios.
Alerta pueblo pijao: Quieren acabar las semillas originarias del territorio ancestral, contaminándolas o cruzándolas con las transgénicas, para luego, cuando ya no estén las nuestras, vender solo las de ellos. Y, además, nos obligarían a comprar el fertilizante, el insecticida y todos los productos que requieren las semillas certificadas y transgénicas.
Abramos los ojos. Quienes tienen sus semillas y alimentos están librados de la crisis. Las Secretarías de Agricultura y el Ministerio de Agricultura no explican, que los alimentos y los insumos importados nos tienen en una crisis que se va a poner más fuerte.
Y quitarles la fuerza y el derecho a las comunidades de producir sus propios alimentos con sus propias semillas es ponerlos a depender del politiquero, del supermercado y de la tienda de agroquímicos.
Ya vimos por experiencia que las semillas de esa primera cosecha no sirven y toca comprar, porque sale la tusa «diente perro» o sea con muy pocos granos. Y empiezan los agricultores a desfilar para comprar o para pedir insumos químicos. Esos productos también vienen de afuera. Hace menos de 4 años un bulto valía 70 mil pesos y ahora ese mismo bulto vale 240.000. Pero nuestros productos valen menos.
Tampoco olviden que el maíz transgénico no alimenta los animales y no deja hacer la chicha ni los bizcochos. Nuestra comida está en riesgo.
Señores gobernadores y gobernadoras: No sigamos cayendo en las trampas o entregando nuestro futuro por una fiebre de tener un lote de maíz bonito y fumigado. Las cosechas que nos ofrecen hoy, serán las miserias del mañana.
Por nuestra identidad, nuestra cultura, nuestras semillas y raíces, protejamos nuestros maíces.