Por: María Alejandra Arias Barreto & Alejandra Cuellar Abella
El Colectivo de Mujeres Defensoras del Territorio nace en el año 2018 producto de las reflexiones de las integrantes que hacen parte del proceso social, conocido como Comité Ambiental en Defensa de la Vida. Es allí donde se gestan los distintos diálogos, las deliberaciones y los sentires entre las lideresas que hacen parte del movimiento, a partir de reconocer la necesidad de construir un espacio para mujeres desde una perspectiva de género y defensa territorial. Claramente, entendiendo los retos y oportunidades que trae consigo la incorporación del enfoque feminista en los procesos sociales de base mixtos.
Es así, que comenzaron a surgir preguntas sobre ¿Cuáles iban a ser nuestras primeras acciones?, ¿Cuáles eran nuestros objetivos?, ¿Cómo podríamos aportar a la lucha de la defensa territorial? Y demás. A raíz de esto, los primeros hechos que se realizaron fueron la creación de un espacio seguro para las integrantes, en el cual se empezaran a construir confianzas, a reconocernos entre nosotras y en las otras, a comprender que nuestro cuerpo es nuestro primer territorio. Es este acumulado el que generó la necesidad de construir una escuela de formación en aras de llegar a espacios de participación e incidencia política, de visibilizar las violencias y afectaciones que sufren las mujeres en medio de contextos con proyectos extractivos y cómo estos modelos las afectan de manera diferencial.
“Historias sin contar» – Alejandra Cuellar (20/09/20)
En este sentido, la primera escuela que se realizó estaba enfocada a la formación interna de las participantes del Colectivo, por lo cual se decidió llamarla Escuela de Formación en Feminismos Populares “Jóvenes defensoras del territorio trabajando por la paz.» Esta tuvo como objetivo fortalecer el liderazgo político de las mujeres en torno a la construcción de paz, procesos de defensa territorial y ambiental y la implementación del enfoque de género. Lo cual permitió articular, visibilizar y mejorar la capacidad de incidencia de las integrantes sobre el tema de paz ambiental desde un enfoque feminista. Cómo resultado de la primera escuela se obtuvo la revista titulada «Defensoras del territorio, paz y justicia socio-ambiental en Colombia». En la que se encuentran los distintos procesos de resistencia que estaban llevando a cabo las defensoras en el Tolima.
«Corpus» basado a partir de una ilustración anónima
Dibujo – Alejandra Cuellar (30/05/20)
La Escuela de formación en Feminismos Populares: fortalecimiento de capacidades de incidencia política y social para la defensa territorial anti-patriarcal, corresponde a la segunda versión del proyecto. En esta fase se expande la escuela a más defensoras del territorio que hacen parte de la Red de Comités Ambientales del Tolima, quienes en sus procesos estaban llevando a cabo acciones de resistencia y lucha. De ahí que la escuela se basó en abordar las afectaciones que sufren las mujeres y la naturaleza en contextos de proyectos extractivos. Con el fin de generar herramientas de educación popular que incluyan perspectivas feministas de análisis, de trabajo político y comunitario para cambiar las acciones políticas y de defensa que realizan las mujeres.
«Soy Mujer» – Alejandra Cuellar (2/12/19)
Debido a la pandemia por el Covid – 19, la segunda y tercera versión de la escuela se realizaron de manera virtual, esto con el ánimo de seguir con los procesos de formación para las defensoras del territorio. A causa de ello, surge la tercera versión llamada Escuela de Formación en Feminismos Populares para la Paz Territorial y Ambiental. Esta se centró por un lado en la formación política de las defensoras en cuanto a derechos humanos, en especial los derechos de las mujeres y niñas a la paz, al ambiente sano y sostenible, y a una vida libre de violencias. Por otro lado, se profundizó en conocer el Acuerdo de Paz desde un enfoque de género en pro de visibilizar el papel que juegan las lideresas en la construcción de la paz con justicia socioambiental.
Productos físicos de las escuelas (2019 – 2020)
En definitiva, las escuelas de formación en feminismos populares en sus tres versiones han permitido dar cuenta del importante rol que tienen las mujeres para la defensa del territorio. Ya que, al formarse, al construir nuevos liderazgos, al generar confianzas, al realizar incidencia o llegar a espacios de participación política, las integrantes fortalecen los procesos de resistencia de base mixtas. En conclusión, los espacios para mujeres son necesarios porque permiten la juntanza y la visibilización de las violencias, pero, asimismo, el fortalecimiento de las luchas sociales, de los movimientos y de la constitución de lugares más equitativos para las mujeres.