Oscar Barreto, entre el cinismo y el oportunismo vacío

Por: Anthony Rondón Camacho

Gustavo Calle Isaza, un personaje ficticio en la magnífica película colombiana “La estrategia del caracol”, narraba y sentenciaba en uno de sus apartes la existencia de un pueblo llamado: “Santa Sofía del Darién”, al cual lo había matado un rumor. En aquel municipio próspero, productor de café y de gente pujante, llegó un día Donciel -el peluquero del pueblo- quién con determinación anunció la llegada del temible Capitán Montoya. Un hombre despiadado quién venía a ajusticiar a la población. Los liberales pensando que era conservador y los conservadores pensando que el capitán era liberal, deciden abandonar el pueblo únicamente por el miedo. Al final, como resalta el relato, a este pueblo lo mató el rumor, pues solo por este y el miedo infundado en la noticia terminan abandonando el territorio. Un pueblo muerto por el miedo infundado por un rumor.

Hoy en día, los rumores provienen desde quienes han condenado a nuestro país y al departamento del Tolima, al atraso, la corrupción y el ignominioso abandono. El rumor que circula hoy en día de manera pretenciosa, es la falta de democracia y debate abierto que permita elegir gobernantes preocupados por las demandas de la ciudadanía. El aparente y pretencioso debate lo pone en la mesa por medio de una columna el sub júdice político tolimense Oscar Barreto quien llama en sus líneas temerarias a recuperar la confianza en las instituciones, las cuales se encuentran desprestigiadas y sin confianza de la ciudadanía producto del mal actuar de gobernantes como él. Es que en esas desafortunadas líneas olvida resaltar este personaje, que la situación política, económica, administrativa y de desprestigio que vive nuestro departamento (y país…) se debe a personajes como él, que han hecho de las instituciones públicas un botín para el clientelismo y una toma politiquera como estrategia para sostener su débil poder local.

Han tomado la Gobernación, Alcaldía de Ibagué, la Universidad del Tolima, más de una veintena de alcaldías en el departamento, la Corporación Autónoma CORTOLIMA, todos los hospitales de segundo nivel y el Hospital Federico Lleras, entre otras y han hecho de este departamento un territorio sumergido en el atraso. El sub júdice de Oscar Barreto, de manera pretenciosa, viene a colocar el rumor de la desesperanza y desprestigio del pueblo con las instituciones públicas, como si los malos manejos fueran las comunidades y los medios alternativos de comunicación que nunca han ostentado el poder. Un rumor, que claramente tiene una perspectiva electorera y que sin lugar a dudas raya en el absurdo y el cinismo.

Si bien, se respeta el llamado abierto y franco al debate, hay personajes que sin lugar a dudas no deberían estar en el espectro político de los hombres y mujeres del Tolima, pues son los responsables políticos de la grave situación que vive este departamento en términos de acceso a condiciones dignas para nuestra gente. Son quienes han orientado este departamento y han fracasado por su visión obsoleta del poder, sus prácticas antidemocráticas y sus malos manejos públicos y fiscales.

No podemos permitir que los rumores que se construyen en los movimientos políticos tradicionales, como el de Oscar Barreto, se conviertan en miedo para la ciudadanía. NO podemos permitir que los responsables directos de la situación política del Tolima y el país posen hoy como salvadores de lo que ellos mismos han provocado, la desgracia generalizada de los tolimenses.

Es momento que la ciudadanía rechace este tipo de intervenciones pretenciosas y que no dejemos que al Tolima lo siga matando un rumor, mientras que los que ostentan el poder siguen tejiendo hilos macabros en detrimento de los intereses del ambiente y la ciudadanía.

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