Por: Néstor Ocampo
Ante denuncias ciudadanas sobre actividades de empresas aguacateras en las veredas La Concha y Membrillal, en la parta alta de la cuenca del Río Roble, una de las fuentes de agua del acueducto de la cabecera municipal, el director de la Corporación Autónoma Regional del Quindío aseguró que “hace tres meses realizaron intervención (…) en cuanto a los impactos ambientales que se estaban generando”, y que “fueron suspendidas las actividades que estaban afectando la zona”. (Entrevista para CARACOL radio, jueves 12 de agosto de 2021).
Pero ayer lunes, 16 de agosto, estuvimos de nuevo en el sector y encontramos que NO SE HAN DETENIDO TALES ACTIVIDADES. Hay nuevos lotes sembrados, más áreas de vegetación afectada con matamalezas, nuevos canales de riego y, UN GRAN ESTANQUE que hace 8 días apenas estaba en movimiento de tierras y que ahora aparece cubierto con geotextil, parece que terminado.
¿Qué sucede allí? Una de dos: las empresas no hacen caso a la Corporación Autónoma Regional del Quindío o actúan con su permiso. El asunto es que, entre denuncias, intervenciones demoradas de las autoridades y declaraciones periodísticas, las empresas aguacateras siguen consolidando su presencia, los cultivos crecen y los daños ecológicos, e impactos ambientales negativos, aumentan poniendo en peligro el agua para Circasia, Montenegro y Cartago; empeorando la CRISIS AMBIENTAL que ya nos afecta en el Quindío.