Por: Julio César Carrión Castro
Algunos puntos acerca de cómo opera en el Estado narco-paramilitar que hoy es Colombia la llamada «gente de bien».
- Con auto entrevistas, carreta sin límites, una prensa que se autocensura y, con sus plumíferos y cagatintas, elogia a gobernantes y empresarios, por pago.
- Con unos farsantes y faranduleros, «artistas» de tipo Marbel, Maluma, Vives o Juanes y muchos otros, que funcionan, a petición de sus amos paracos, narcos, contratistas como divertidos bufones de palacio, junto a desabridos cuenta chistes bobos y flojos, pero que aparentan viveza e inteligencia, para complacer y distraer, como la tan publicitada Alejandra Azcarate.
- Con reinitas, modelitos y animadoras, muy cubiertas de maquillaje y cosméticos, como tratando de esconder, de ocultar, la profunda ignorancia y estulticia que les acompaña… pero aparentando belleza, ante las cámaras de esos medios subrogados al poder.
- Mediante el empleo constante de la fuerza bruta – policíaca, militar y paramilitar- mostrando sus vehículos de alta gama y sus armas -de dotación oficial y narco- para, mediante el miedo y el chantaje, «hacer respetar la ley y el orden».