Tolimense lideró importante investigación sobre cultivo de algodón en el país

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Tres genotipos de algodón resistirían variabilidad climática

Muy alta adaptación al estrés hídrico, buena rentabilidad y calidad serían las características principales de tres de los cuatro genotipos de algodón con que cuenta el país, condiciones que ayudarían a mitigar los impactos del cambio climático en estos cultivos.

Estas variedades se siembran en las zonas del Caribe seco colombiano, donde el déficit hídrico es una limitante para la productividad, según lo muestra el primer reporte sobre tolerancia al estrés hídrico en el país, realizado por el tolimense Yeison Mauricio Quevedo Amaya, magíster en Ciencias Agrarias con énfasis en Fisiología de Cultivos de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), quien adelantó una investigación en la que se evaluaron cuatro genotipos de algodón.

Dos de los genotipos evaluados son convencionales, es decir no modificados genéticamente, mientras los otros dos materiales se alteraron para control de malezas e insectos.

La selección de estos materiales obedece a que 3 de estos genotipos presentan alto rendimiento en zonas donde el estrés hídrico es limitante, como el norte del Cesar y del Huila (zonas muy secas).

En el estudio se observaron los efectos del estrés sobre el crecimiento, el desarrollo y los procesos de fotosíntesis de la planta de algodón, luego de realizar un trabajo combinado entre condiciones controladas en casas de mallas –ambientes especiales para la conducción de cultivo– para simular ambientes de déficit hídricos reales y de laboratorio.

Una vez sembradas las plantas se dejaron crecer y en su fase de floración se expusieron a déficit hídrico, ya que es la fase más sensible, y se evaluaron variables bioquímicas que ayudarían a explicar a qué se debía la tolerancia o susceptibilidad. Después las plantas se rehidrataron y se llevaron a cosecha, donde se obtuvieron datos de rendimiento.

En Colombia el 90 % del cultivo de algodón depende hoy de semillas importadas que son mejoradas en condiciones agroecológicas diferentes a las del país, a diferencia de las variedades seleccionadas en este estudio, que se han trabajado en el Caribe colombiano y los valles interandinos, por lo que adquieren una adaptabilidad específica a estas áreas.

Según la investigación, estas tienen calidades de fibra media-larga, con buena resistencia, y algunas tolerancias a insectos, factores que a su vez las hacen muy apetecidas en la industria.

Oportunidad frente a eventos extremos

El algodón es un cultivo importante para el mundo y para Colombia, pues de esa materia prima salen las fibras necesarias para la confección y costura de prendas de vestir. Sin embargo, en este momento la agricultura enfrenta un gran reto, que es la variabilidad en el cambio climático, que trae consigo eventos extremos como las altas temperaturas y los fenómenos de El Niño y de La Niña, y con ello la sequía y el estrés hídrico.

El estrés representa una limitante en el sector, ya que reduce la productividad hasta un 50 % en el mundo, una problemática que reduce la disponibilidad que tendría un país para producir las prendas de vestir necesarias.

Es por eso que los tres genotipos caracterizados en la investigación del magíster Quevedo representan para el país la oportunidad de tener una fuente genética tolerante al estrés y que permitiría, con el tiempo, mantener tanto el flujo de variedades de algodón como su oferta mundial, debido a que el déficit hídrico será cada vez más latente.

 

(Por: fin/SMC/MLA/LOF)

Fuente: Agencia de Noticias UNAL

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