Por: Elena Rusca, Ginebra, 31.10.2022.
Según la edición más reciente del Observatorio de la OIT sobre el mundo del trabajo, se espera que el desempleo y la desigualdad aumenten como consecuencia de las múltiples crisis económicas y políticas actuales que ponen en riesgo la recuperación del mercado de trabajo en todo el mundo.
Las perspectivas para el mercado de trabajo en todo el mundo han empeorado en los últimos meses, y de mantenerse la evolución actual, se espera que disminuya la oferta de empleo y que se reduzca ampliamente el aumento del mismo a escala mundial a lo largo del último trimestre de 2022, según un nuevo informe de la OIT.
El aumento de la inflación socava el nivel salarial real en muchos países. Ello se suma a la amplia disminución de ingresos durante la crisis de COVID-19, que en muchos países afectó
En el Observatorio de la OIT sobre el mundo del trabajo (Décima edición) se pone de relieve que el empeoramiento de las condiciones del mercado de trabajo repercute en la creación de empleo y en la calidad del mismo, y se subraya «que ya existen indicios de una profunda desaceleración del mercado de trabajo». Cabe esperar asimismo que aumente la desigualdad en el mercado de trabajo, y que ello contribuya a que se mantenga la disparidad entre los países desarrollados y las economías en desarrollo.
Según el citado Observatorio, «en 2022 han confluido múltiples crisis que se han visto agravadas por el conflicto bélico de Ucrania y sus efectos adversos indirectos, que afectan profundamente al mundo del trabajo». Esos efectos se manifiestan a través de la inflación en el precio de los alimentos y la energía, la reducción del salario real, el aumento de la desigualdad, la disminución de la cantidad de medidas políticas que pueden aplicarse y el aumento de la deuda en los países en desarrollo. La desaceleración del crecimiento económico y de la demanda agregada conllevará asimismo una disminución de la demanda de empleo, ya que la incertidumbre y las expectativas menos halagüeñas inciden adversamente en el nivel de contratación.
“Con objeto de hacer frente a esta situación tan adversa del empleo a escala mundial, y evitar una gran recesión del mercado de trabajo en todo el mundo, será necesario aplicar políticas exhaustivas, integradas y equilibradas a escalas nacional e internacional», manifestó Gilbert F. Houngbo, director general de la OIT. Y añadió: «Debemos utilizar un amplio conjunto de instrumentos políticos, entre los que cabe destacar la intervención en el precio de los bienes públicos, la reorientación de beneficios extraordinarios, el fortalecimiento de la seguridad en materia de ingresos mediante protección social, el aumento de las ayudas para garantizar ingresos y la orientación de ayudas a las personas y las empresas más vulnerables.»
El Sr- Houngbo manifestó asimismo que «se precisa un sólido compromiso con iniciativas como el Acelerador mundial del empleo y la protección social de la ONU, que permitiría a los países crear 400 millones de empleos y ampliar la protección social a los cuatro mil millones de personas que aún carecen de la misma. Por otro lado, una rápida conclusión del conflicto en Ucrania, en virtud de lo establecido en las resoluciones del Consejo de Administración de la OIT, contribuiría aún más a mejorar la situación del empleo en el mundo.»
A comienzos de 2022, la cantidad de horas de trabajo a escala mundial se recuperaba a un ritmo muy rápido, en particular en las ocupaciones de mayor cualificación y con respecto a las mujeres. No obstante, esa recuperación se vio impulsada por un aumento del empleo informal, que puso en riesgo la tendencia a la formalización que venía dándose desde hace quince años. La situación se agravó a lo largo del año y, según la OIT, en el tercer trimestre de 2022 la cantidad de horas de trabajo fue un 1,5 por ciento inferior al valor registrado antes de la pandemia, lo que representa un déficit de 40 millones de empleos a tiempo completo.
Ucrania
Además del elevadísimo coste en el plano humanitario, el conflicto bélico en Ucrania ha repercutido de forma muy adversa en la economía y el mercado de trabajo de dicho país. Según estimaciones de la OIT, el nivel de empleo en el país en 2022 será un 15,5 por ciento inferior (2,4 millones de puestos de trabajo) al registrado en 2021, antes del conflicto. Esa disminución prevista no es tan baja como la estimación de la OIT de abril de 2022, poco después de que comenzara el conflicto, de que se perdieran 4,8 millones de empleos. La diferencia favorable obedece a la reducción del número de zonas de Ucrania bajo ocupación, o en las que tienen lugar hostilidades de forma activa. No obstante, esa recuperación parcial del mercado de trabajo es leve y dependiente en gran medida de muchos factores, según se señala en el Observatorio.
La gran cantidad de desplazados internos y de refugiados que buscan trabajo en Ucrania, así como en otros lugares, constituye un reto adicional y cabe prever que ello ejerza una presión a la baja en los salarios, como se advierte en la publicación.
Por otro lado, en el informe se estima que el 10,4 por ciento de la mano de obra que existía en el país antes del conflicto bélico se encuentra actualmente refugiada en otros países. La mayor parte de ese grupo de 1,6 millones personas son mujeres, muchas de las cuales trabajaban anteriormente en los sectores de la educación, la sanidad y la asistencia social. Una encuesta reciente ha puesto de manifiesto que, hasta ahora, el 28 por ciento de los refugiados ucranianos ha encontrado un empleo asalariado, o por cuenta propia, en su país de acogida.
Los efectos del conflicto afectan asimismo a los mercados de trabajo de países limítrofes, lo que podría dar lugar a una desestabilización política y del mercado de trabajo en esos países.
En zonas más lejanas, en Asia central y en el resto del mundo, el conflicto produce un aumento de los precios y una mayor fluctuación de los mismos, así como un aumento de la inseguridad alimentaria y un agravamiento de la situación de pobreza.
Medidas para hacer frente a múltiples crisis
El informe aboga por recurrir al diálogo social, a fin de formular las políticas necesarias que permitan evitar una recesión del mercado de trabajo. Éstas no sólo deben abordar la inflación, sino hacer hincapié asimismo en las consecuencias más amplias para el empleo, las empresas y la situación de pobreza. Por otro lado, el informe advierte del riesgo de que se produzcan excesivas restricciones de políticas, lo que podría “afectar adversamente al empleo y al nivel de ingresos, tanto en las economías desarrolladas como en los países en desarrollo».