El consumo privado, especialmente el de los hogares, ha sido el impulsor de la economía en medio de la reactivación económica tras la pandemia. No solo fue la llave durante el 2021, sino que también estuvo detrás de buena parte del crecimiento del primer trimestre de este año, cuando el PIB (producto Interno Bruto) se expandió a una tasa de 8,5%. Sin embargo, la creciente inflación que ya golpea los bolsillos de los colombianos podría jugarle en contra, y los expertos la ven como la gran amenaza para la actividad económica en lo que resta del año.
En el reporte del PIB que entregó esta semana el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), se informó como en los primeros tres meses del año el gasto en consumo final creció 11,8%, y dentro de este, se dio un crecimiento de 12,2% en el caso del consumo de los hogares, mientras que el gasto del Gobierno en consumo fue de 8,6%.
Si bien, las cifras ya están mostrando una desaceleración en el consumo, para los expertos, el efecto de la inflación aún tiene espacio para concretarse. Así es como, el presidente del centro de estudios económicos Anif, Mauricio Santamaría, asegura que, si bien “el consumo de los hogares sigue creciendo a tasas muy altas”, este “no puede seguir creciendo a tasas del 13% o 14%, eso es insostenible, y sin duda eso se va a volver más lento a lo largo del año”.
Desde Corficolombiana, José Ignacio López, jefe de investigaciones económicas de la entidad, declaró que si hay una preocupación por la inflación. “La inflación genera una recomposición del gasto, no necesariamente va a disminuir completamente el gasto, sino que lo va a recomponer. También es cierto que la inflación golpea sobre todo a los hogares más vulnerables, por lo que también podríamos ver en los próximos trimestres un gasto más sesgado hacia hogares de altos ingresos”, aseguró López.
Para el economista de Corficolombiana, otro aspecto para tener en cuenta es que se comenzará a sentir el efecto en las alzas de las tasas de interés, y que esto, en la medida en que incide sobre el crédito, “podría reducir dinamismo de ese componente tan dinámico que ha sido el consumo”.
Aunque el dinamismo de la economía ha estado sustentado en su mayoría en el consumo de los hogares, también hay posiciones como la de Camilo Pérez, gerente de Investigaciones económicas del Banco de Bogotá, quién cree que esto va a cambiar. “Una de las razones tiene que ver con la pérdida de poder adquisitivo que se está dando por cuenta de la inflación, en particular la de alimentos, que es la que golpea a los sectores de ingresos más bajos”, dijo.
Así mismo, asegura Pérez, hay otras tendencias globales que deberían afectar el crecimiento hacia la segunda mitad del año: “Lo primero es una desaceleración económica mundial que va a impactar a través del comercio. Así mismo, ya se ve una pérdida de confianza en los hogares, que en parte tiene que ver con la inflación, pero también en algo tiene que ver la incertidumbre electoral”.